Desde que empezó el torneo, todos los partidos de la U han sido sufridos. La victoria contra Audax confirma que el Romántico ha vuelto a sus raíces. Ganar con el corazón en la mano, inflado de emoción. Para ganar este título, vamos a tener que sudar como sólo los azules sabemos.
Francisco Cuadra
No se por qué el equipo se relaja cuando va ganando. No se si es culpa de algún jugador en particular, o del técnico, o del público asistente, o del equipo rival. Si se nos cae el físico o la cabeza o Lasarte se demora en hacer los cambios. Qué se yo.
Pero, a estas alturas, una cosa queda clara, este equipos se abonó a sufrir cada partido. A ganar con el corazón en la mano, fiel al ADN que llevamos todos en la U.
La maravillosa era Sampaoli nos (mal) acostumbró a pasar la aplanadora. Pero lo cierto es que nuestro club está más hecho de las gestas que hemos visto este semestre que de las goleadas insolentes de esas temporadas. Esta U es la de toda la vida, la que lucha, se sobrepone y parcha sus deficiencias futbolísticas (que las tiene) con garra y trabajo de equipo inconmesurable.
Contra Audax el equipo partió espeso y, siendo honestos, el gol del local se veía venir. A ratos la 'U' jugaba como contra Universidad de Concepción. A remolque, sin ideas y como esperando que el gol cayera por sí solo, y cayó.
Y ahí, cuando aparecieron los fantasmas de un tropiezo, la U despertó.
Comenzaron a aparecer las figuras de la U. Canales, como siempre, peligroso e inspirado, volviendo a engancharse para crear juego. Sebastián Martínez, en el mejor momento de su joven carrera. Le ha costado destacarse por sobre Espinoza este semestre pero en La Florida fue el mejor de la 'U' a mi entender.
Sebastián Ubilla, cumpliendo lo que todos esperamos de él y siendo más de lo que fue en Wanderers. Atrás, solventes, y peligroso Corujo, un puntero más cuando el partido lo requería.
A lo mejor el más bajo sigue siendo Ramón Fernández. Pero tengo la sensación de que su prioridad por sobre el “duende” a los ojos de Lasarte es de esas mañas de DT a las que habrá que acostumbrarse.
Tengo un primo 101% chuncho, que a veces me dice “la U necesita un gol para despertarse, me gusta que parta perdiendo”. Nunca he estado muy de acuerdo pero el sábado esa frase cobró valor, porque el sacudón fue evidente. De ahí en más el equipo repitió su formula de siempre. Pasar a ganar el partido con holgura y terminar apretado por el rival.
La verdad es que a todos nos debería importar el triunfo más que este ripio de no cerrar los partidos. Y no por hacernos los ciegos ante una falencia real del equipo, sino porque da la sensación que a estas alturas, no se va a corregir, al menos este semestre.
La idea del plantel de tomarse cada juego como una final, reviste a los duelos de esta condición tensa, que instala en la mente de los jugadores el sacarlo adelante “como sea”.
Y en ese “cómo sea”, el equipo ha sabido convivir. En apretar cuando debe hacerlo, en cerrarse cuando se le vienen encima, en sacar provecho a todo, el pelotazo, el contragolpe, el toque y la pelota detenida.
Hoy muchos camaradas se relamen con el empate de nuestro perseguidor y la distancia alcanzada a dos semanas del "Superclásico". Eso es un grave error. Si no vencemos a Arica, lo que sucedió ayer en Macul no servirá de nada.
Y los que esperan una aplanadora azul en el Nacional ante los nortinos, quizás se lleven una sorpresa. La sorpresa de que la 'U' saque el partido adelante: como pueda, como la final numero 10 de 17 definiciones. Toca arremangarse y pelear.
Este semestre, como tantos en nuestra historia, sin sufrir no vale.
Última edición por 1/2 Paipazo el Mar Sep 30, 2014 8:29 am, editado 1 vez