Quizás no lo vamos a recordar por sus atajadas o por haber sacado una pelota imposible del ángulo izquierdo. Tampoco por tener un gran juego con los pies, que sus pases llegaban directo al compañero.
Pero si como ser una factor de unidad en un camarín muy amigo, por ser solidario y leal aún sabiendo que pocas veces jugaría.
Así sí vamos a recordar al “Coco”: Esteban Conde.
Llegó proveniente de Danubio de Uruguay el 2010, en una época donde Miguel Pinto era el indiscutido en el arco azul.
Conde llegaba a la U con la misión de ser el suplente de titular y aún así comenzó a entrenar con una sonrisa de oreja a oreja.
En su primer año, llegó con la U a la semifinal de Copa Libertadores de ese año, la recordada eliminación con Chivas de Guadalajara. A fin de 2010, Miguel Pinto partió a México y Conde pensaba que sería su oportunidad, pero la vuelta de Johnny Herrera, pedido por Sampaoli, lo hicieron volver al banco de suplentes.
En 2011, fue campeón del Apertura y Clausura, de la Copa Sudamericana, pero no jugaba. Conde buscaba su salida, la cual no se pudo hasta mediados de 2012, luego de haber ganado el Apertura de ese año como tercer arquero, emprendió rumbo a Atlético Rafaela, donde hoy es pieza clave e indiscutido.
Pero lo más recordado del “Coco” Conde será la unión que tenía dentro del camarín. Amigo de la mayoría del plantel y compañero solidario con los demás, se ganó el cariño de los demás jugadores. Como olvidar cuando sacó sobre la espalda a Charles Aránguiz que tenía un hielo enorme en el pie. O que siempre era el único que abrazaba a Johnny en las celebraciones.
En fin, el Carechimba tuvo sus condoros en el arco de la U, pero su carisma, constancia y, aunque lo haya demostrado poco, amor por la camiseta lo hace un personaje digno de recordar.