SANTIAGO.- Marin Cilic ante Kei Nishikori. Suena a un prometedor partido de tercera ronda de un Grand Slam en un estadio mediano, pero el japonés y el croata tienen mañana reservada la cancha Arthur Ashe para luchar por el título del US Open.
Y el que gane escribirá un pedazo de la historia del tenis. Los dos invitados sorpresa a la final del último Grand Slam del año, en Nueva York, en el estadio de tenis más grande del mundo, nunca antes habían llegado a un partido de esos quilates.
No se lo habían permitido. En la última década la irrupción del llamado "Big Four" o los "Cuatro Fantásticos" modificó el panorama y convirtió la lucha de los grandes títulos en una pelea acotada a Roger Federer, Novak Djokovic, Andy Murray y Rafael Nadal.
Eso explica en parte porque la final de este lunes en Flushing Meadows será la primera desde el Australian Open 2005 que no contará con uno de estos jugadores y que el campeón será el primero que logre romper la hegemonía desde Juan Martín del Potro en el US Open 2009.
Por eso la felicidad de ambos. "Será un día especial para nosotros", señaló Cilic, de 25 años y número 16 del ranking mundial, tras batir por un contundente 6-3, 6-4 y 6-3 en semifinales al suizo Roger Federer, ex número uno del mundo.
"No lo esperaba cuando llegué aquí. Estoy feliz por estar en la final y me alegro por lo que viene", dijo por su parte Nishikori tras tumbar al máximo favorito, el serbio Novak Djokovic, por 6-4, 1-6, 7-6 (7-4) y 6-3.
Así el partido de mañana simbolizará el fin de un ciclo en el tenis. Mañana será el turno de un croata o un japonés. Cilic o Nishikori, uno de los dos escribirá mañana la página más dorada de su carrera en el escenario más grande del tenis.
El camino de ambos para llegar hasta la final
En Japón, cerca de 350 personas siguieron de madrugada en el pueblo natal de Nishikori, Matsue, el triunfo más importante de la carrera del nipón a través de una pantalla gigante. "Ahora tiene que convertirse en el número uno", dijo un señor mayor después del triunfo del pupilo de la leyenda asiático-estadounidense Michael Chang.
Con sendas victorias en semifinales, los dos "outsiders" coronaron 14 días de ensueño sobre el cemento estadounidense. Nishikori, que se aseguró aparecer en el puesto ocho del próximo ranking, renunció recientemente por una lesión en el pie a los torneos de Toronto y Cincinnati y decidió participar en Nueva York en el último momento.
Pero el japonés pareció llegar en mejor forma que el resto y superó dos partidos maratonianos de cinco sets en octavos de final, ante el canadiense Milos Raonic, y en cuartos, ante el suizo Stanislas Wawrinka. El asiático, después, derrotó a Djokovic y alcanzó su primera final de un Grand Slam.
Cilic, que sólo ganó dos de los siete enfrentamientos previos con Nishikori, superó las primeras rondas con discreción y sin duelos espectaculares. El croata batió al francés Gilles Simon en cinco sets en octavos y desde entonces no pierde un set: primero fue Tomas Berdych el que cedió sin respuesta alguna ante el gigante de 1,98 metros y después cayó Federer.
Cilic dio positivo el 1 de mayo en el torneo de Múnich tras ingerir unas tabletas de glucosa presuntamente contaminadas que compró en una farmacia. Y no pudo volver a jugar hasta octubre de ese año después de que la Corte Arbitral del Deporte (CAS) redujera de nueve a cuatro meses su sanción. "Cuando regresé, lo borré de mi memoria", recordó el jugador.
Y el que gane escribirá un pedazo de la historia del tenis. Los dos invitados sorpresa a la final del último Grand Slam del año, en Nueva York, en el estadio de tenis más grande del mundo, nunca antes habían llegado a un partido de esos quilates.
No se lo habían permitido. En la última década la irrupción del llamado "Big Four" o los "Cuatro Fantásticos" modificó el panorama y convirtió la lucha de los grandes títulos en una pelea acotada a Roger Federer, Novak Djokovic, Andy Murray y Rafael Nadal.
Eso explica en parte porque la final de este lunes en Flushing Meadows será la primera desde el Australian Open 2005 que no contará con uno de estos jugadores y que el campeón será el primero que logre romper la hegemonía desde Juan Martín del Potro en el US Open 2009.
Por eso la felicidad de ambos. "Será un día especial para nosotros", señaló Cilic, de 25 años y número 16 del ranking mundial, tras batir por un contundente 6-3, 6-4 y 6-3 en semifinales al suizo Roger Federer, ex número uno del mundo.
"No lo esperaba cuando llegué aquí. Estoy feliz por estar en la final y me alegro por lo que viene", dijo por su parte Nishikori tras tumbar al máximo favorito, el serbio Novak Djokovic, por 6-4, 1-6, 7-6 (7-4) y 6-3.
Así el partido de mañana simbolizará el fin de un ciclo en el tenis. Mañana será el turno de un croata o un japonés. Cilic o Nishikori, uno de los dos escribirá mañana la página más dorada de su carrera en el escenario más grande del tenis.
El camino de ambos para llegar hasta la final
En Japón, cerca de 350 personas siguieron de madrugada en el pueblo natal de Nishikori, Matsue, el triunfo más importante de la carrera del nipón a través de una pantalla gigante. "Ahora tiene que convertirse en el número uno", dijo un señor mayor después del triunfo del pupilo de la leyenda asiático-estadounidense Michael Chang.
Con sendas victorias en semifinales, los dos "outsiders" coronaron 14 días de ensueño sobre el cemento estadounidense. Nishikori, que se aseguró aparecer en el puesto ocho del próximo ranking, renunció recientemente por una lesión en el pie a los torneos de Toronto y Cincinnati y decidió participar en Nueva York en el último momento.
Pero el japonés pareció llegar en mejor forma que el resto y superó dos partidos maratonianos de cinco sets en octavos de final, ante el canadiense Milos Raonic, y en cuartos, ante el suizo Stanislas Wawrinka. El asiático, después, derrotó a Djokovic y alcanzó su primera final de un Grand Slam.
Cilic, que sólo ganó dos de los siete enfrentamientos previos con Nishikori, superó las primeras rondas con discreción y sin duelos espectaculares. El croata batió al francés Gilles Simon en cinco sets en octavos y desde entonces no pierde un set: primero fue Tomas Berdych el que cedió sin respuesta alguna ante el gigante de 1,98 metros y después cayó Federer.
Cilic dio positivo el 1 de mayo en el torneo de Múnich tras ingerir unas tabletas de glucosa presuntamente contaminadas que compró en una farmacia. Y no pudo volver a jugar hasta octubre de ese año después de que la Corte Arbitral del Deporte (CAS) redujera de nueve a cuatro meses su sanción. "Cuando regresé, lo borré de mi memoria", recordó el jugador.