La aficionada del Gremio que llamó “mono” al portero del Santos Aranha, durante un partido de la Copa de Brasil pidió hoy disculpas en la televisión al guardameta y a la hinchada de su equipo.
“Yo no soy racista. Cuando lo llamé ‘mono’ no tenía una intención racista. Fue el calor del partido. Gremio iba perdiendo y me dejé llevar por la pasión. Nunca quise perjudicar al Gremio. Amo al Gremio, disculpas para Aranha. Perdón. Perdón. Perdón…”, declaró la joven al canal de televisión Globo visiblemente afectada y entre sollozos.
Además de las disculpas al portero del equipo paulista, la aficionada también pidió perdón al Gremio, que no pudo jugar el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de Brasil después de que el Tribunal Superior de Justicia Deportiva (STJD) del país decidiese apartarlo de la competición tras lo sucedido.
Después de conocerse la identidad de la joven, ella fue despedida de su empleo en el Centro Médico y Odontológico de la Brigada Militar en Porto Alegre y, además de eso, ha sufrido amenazas contra su integridad física a través de internet y, según recogen medios locales, su casa ha sido apedreada.
De acuerdo con esas informaciones, su familia ha tenido que abandonar el hogar en el que residían habitualmente por el miedo a nuevas represalias y la joven también ha recibido amenazas de violación sexual a través de diferentes redes sociales, de las cuales ya ha eliminado sus perfiles.
“Esa chica no debería volver a pisar un estadio nunca más. Ese debería ser el principal castigo. Siento pena por ella, como ser humano, y por las consecuencias de todo esto”, afirmó Aranha durante una entrevista realizada hace unos días en la cadena de televisión Globo.
Además de ser excluido de la Copa de Brasil, el Gremio fue multado en 50.000 reales (unos 22.000 dólares), aunque el club de Porto Alegre tiene derecho a presentar un recurso.
Todos los aficionados que sean responsabilizados por las injurias racistas contra Aranha no podrán acudir a ningún estadio de fútbol en un plazo de 720 días, según la decisión judicial.
El árbitro del partido, Wilton Pereira Sampaio, fue suspendido por 45 días por no citar el incidente en el informe y sus dos auxiliares recibieron por el mismo motivo treinta días de suspensión.